lavativario

Escaparate de curiosidades. Una suerte de guía de lugares, comidas, libros, discos, bebidas y otros un poco fuera de los estándares más usuales y hecha desde una óptica muy personal. Esas cosas que sólo le recomiendas a tus amigos más cercanos.

Tuesday, October 14, 2008

Los hombrecitos de Arnal Ballester


Creo que hace años les hablé de los libros que hace Media Vaca, una editorial de Valencia (España) en la que no me molestaría que me ofrecieran un trabajito un día de estos.
Arnal Ballester, uno de mis ilustradores favoritos, ha trabajado varias veces con Media Vaca y acaba de recibir nada menos que el primer Premio Nacional de Ilustración que otorga el Ministerio de Cultura de la Madre Patria. Este catalán, licenciado en Historia de la Universidad Autónoma de Barcelona, estudió arte en la escuela Massana de la Ciudad Condal, donde actualmente da clases. Tiene años ilustrando maravillosos libros para niños, entre los que seguro les sonará el Chamario que hizo con Eduardo Polo (nuestro querido y recordado Eugenio Montejo), con Ekaré, en 2004. Pueden revisar su sitio web www.arnalballester.com y deleitarse con sus ilustraciones y animaciones. Los libros de Media Vaca se consiguen el la librería Estudios, que queda detrás del Centro San Ignacio y el Chamario está en casi todas las librerías que tienen sección infantil. ¡Enhorabuena, Arnal!

Como adulto contemporáneo con juguete viejo


A Eduardo Hernández y Lester Romero se les ocurrió la genial idea de poner en la red jugueticos nostálgicos que le arrancarán las lágrimas a más de uno. Su página se llama www.retrotoys.com.ve y si ustedes tienen más de 25 es probable que encuentren aquí algún coroto que les recuerde al que tuvieron en su infancia y su mamá les botó porque “ya estaba feísimo ese bicho”. Aquí pueden comprar o vender barbies viejas, muñecas barriguitas, carritos de Snoopy, ediciones descontinuadas de los juguetes de la cajita feliz, tazos y, hasta hace una semana, un osito Misha de las olimpiadas de Moscú 1980 (sí me antojé mal de ese osito y me lo compré, lo siento). La que ven en esta imagen es una muñeca de la original Mujer biónica (impelable).
En el sitio también pueden ver las fascinantes historias (¡y fotos!) de unos cuantos “retrotoyers”, adultos que tienen importantes colecciones de juguetes, y sus peroles. Vale decir que tienen un excelente servicio, poco usual en estas latitudes. No se los pierdan.

Los riñones (engastados en diamantes) de Hirst


Primero que nada hago mea culpa: me gusta el trabajo de Damien Hirst. Me gustan su tiburón metido en resina, los cadáveres humanos en pose de modelo de Vogue y la calavera de diamantes. Me gusta que ponga a la gente a ir a un museo a ver a la muerte detenida, suspendida en el aire.
Ahora bien: no sé si estoy entendiendo su más reciente chiste. El tipo mandó a unos amigotes suyos a pujar por una de sus obras en una subasta y elevaron el precio considerablemente. Probablemente esto forme parte de la obra de Hirst. Se estará burlando de quienes, de la noche a la mañana, son expertos en arte y pujan cientos de miles de dólares en una subasta para quedarse con alguna chuchería de la que no saben mucho más excepto cuánto pagaron por ella (y es tras lo que realmente han ido). Eso es lo que yo creo. Y, ya saben, los chistes contra el establishment normalmente dan risa, sobre todo a los pelabolas que no participamos de las subastas.
Creo que esta vez se le fue un poco la mano al señor Hirst. No veo cómo los señores víctimas de su chistecito van a seguir comprando sus obras. Y bueno, cuando el humor mata a la gallina de los huevos de oro… Que nos explique el chiste, por favor.

La abuelita de Courtney Love


No era ninguna señora tierna que hacía pies de manzana (de esos que en las comiquitas ponen a enfriar en una ventana, con el único objeto de que un gato se los robe). Es una de las escritoras más impresionantes a las que haya leído, y necesito presentárselas: se llama Paula Fox y llegué a ella después de que a Rafa (el blogger consorte) le diera la fiebre de leerse todos los libros que encontrara de esta mujer. No es para menos. Vale decir que él llegó hasta ella porque nada menos que Jonatahn Franzen la descubrió y se encargó de difundirla por ahí.
Hasta ahora sólo leí dos de ellos, y les prometo que los párrafos que salen de sus dedos despiertan la envidia de cualquiera que haya tenido en la cabeza la idea de escribir. El dios de las pesadillas (ya nada más el título le quedó un poco bueno), es una historia contada en la New Orleáns de los albores de la Segunda Guerra Mundial, en la que un grupo de personas se van a reunir por circunstancias más o menos inesperadas y van a terminar sirviendo de fotografía de muchas cosas que suponemos de la sociedad norteamericana. Y Personajes desesperados es una de esas novelas en la que cada página predice que algo malo, malísimo está a punto de pasar y en la que al final es casi irrelevante si pasó o no, porque lo que te importa es haber llegado hasta ahí y pasado por las anécdotas y las vidas de los personajes, maravillosamente elaborados. Esta es una escritora imprescindible. Y sí, casualmente, es la abuela de Courtney Love. Pero ésa, es otra historia que les contaré otro día. Por ahora, vayan a buscar estos libros.

Sunday, September 14, 2008

los marcianos llegaron ya


La primera vez que me los topé, esto no era un blog, sino una columna que salía quincenalmente en el-nacional.com. Eso fue en 2005 en un viaje a París y Barcelona y en ambas ciudades me llamaron la atención: los marcianitos a los que tantas veces traté de eliminar en las incontables horas de Intellivision, en el juego Space Invaders, estaban allí, en las calles de Saint Germain y del Barrio Gótico. Hoy la nota se actualiza: el mismo artista encargado de este hermosísimo sabotaje ya suma 37 ciudades a su cuenta y algunos de sus entusiastas seguidores buscan esperanzados en las paredes a ver si es que el hombre se decidió a visitarles. “Invader”, como se hace llamar, es un artista francés que lleva ocho años dejando su huella en forma de estas criaturas espaciales en los rincones más insospechados y actuando, como hacen los artistas ahora, en el anonimato y sin permiso. Eso sí: cualquiera que haya jugado videojuegos en los ochentas los reconocerá al instante y es probable que más de uno, como me pasó a mí, se conmueva. Tiene un sitio web: www.space-invaders.com donde pueden contemplarse sus pixeladas hazañas, además de otras iniciativas en las que se ha embarcado, como ediciones de libros y mapas de sus invasiones. Vale decir que el juego que le sirviera a este señor de inspiración acaba de cumplir 30 añitos y que no están pagando por tan brillante publicidad (aunque serían perfectamente capaces de querer cobrarle derechos de autor). Te queremos, Invader.

Mi hermanita design



“Mi hermanita” era el principio de lo que yo solía recitar ante una profesora para dar alguna excusa por una tarea no entregada a tiempo (un equivalente de “el perro me comió la tarea”), una llegada tarde a la clase o un intento (casi siempre infructuoso) de fuga más temprano. Pero ya crecimos, yo no tengo más profesoras y mi hermanita ya es grande. Tan grande es que estudia diseño de modas y está a punto de graduarse. Sé que me va a odiar por haber escrito esto así, pero hermanita es hermanita hasta que uno se muera. El cuento es que en su pasado semestre, mi hermana hizo este chaquetín del que me enamoré instantáneamente y, como verán, decidí sacarle provecho. Es súper bello, reversible y le da buena pinta a cualquier camisetica y bluyín o faldita.
Como me ha ido tan bien con él, le propuse que los hiciera para vender, y se animó. Los está haciendo por encargo. Pueden escribirle a su correo b-rod@hotmail.com (o al mío, y yo le paso a ella las señas) para encargar el suyo. Sólo le dicen su talla en camisas y se ponen de acuerdo para los colores y la entrega. Cuesta 150 solidarios bolívares fuertes.

Yoga por la paz

Mi profe, Pedro Luis Otero, está organizando un evento que me da buena vibra nada más de imaginármelo: Se llama Yoga por la paz y es una sesión de 108 salutaciones al sol en conjunto, hechas en el nombre de la paz. Se va a celebrar el próximo 21 de septiembre, que es el Día de la Paz, en la Plaza La Castellana, a las 7 de la mañana. La idea de Pedro Luis es convertir esa redoma en un enorme mandala hecho de gente que medite en nombre de tan noble causa. Ya el evento está en Facebook, en el grupo Caracas Namaskar y pueden contactar a Pedro Luis en:
caracasnamaskar@gmail.com. Espero verlos por allá.

Recoge-latas



Soy una empedernida Recogelatas. Me la paso buscando laticas por todos lados. Me la paso comprando caramelos carísimos y tecitos horribles que no se pueden beber, únicamente para tener las laticas y ponerlas por ahí. Hace poco mi comadre Laura Hache me pasó el dato de una edición limitada de la Cerveza Zulia que anda por ahí pagando y mi otra amiga Claudia Ene me la llevó el otro día a la casa. Es bellísima. Si Milagros Socorro no se las ha comprado todas, es mejor que aprovechen y se busquen la suya. Se consiguen en Rey David y en algunos supermercados sifrinoides. Ah, y ya saben: si ven por ahí alguna lata hermosa, mal parada, no dejen de avisarme.

Luck you


Se lo había visto a una amiga y me antojé, pero quise esperar a que a ella se le pasara la fiebre para no andar de morochita Rodríguez. Es una tontería de esas que te pueden llegar a encantar: un hilito con un pequeñísimo amuleto que, se supone, te cumple un deseo o una voluntad. Hay huesitos de la suerte (esos del pollo), anillitos de lata de refresco y unas medallitas que dicen cosas lindas. Son súper cuchis y me parecen tremendo regalo, si crees en los amuletos, claro. Yo que creo en cualquier lavativa me guindé el mío y me encanta. Los tienen en Corot (C.C. Sebucán) y en Petit Pois (6ª transversal de Los Palos Grandes).

Santa Isabel

La señora Isabel tiene años (en serio, más de 20) en el mismo carrito sin nombre (pero con mexicanitos dormitando dibujados) frente al Supermercado El Patio de Los Palos Grandes (3ª Av. con 5ª transversal) preparando sus burritos (con tortilla casera), tacos, tostadas y tamales y yo, una vez más con las pilas puestas, la conocí hace como dos meses y ya la amo. No me van a creer si les digo que es la comida callejera más sana, barata y hecha con cariño que uno se puede comer en esta ciudad. Asombra ver el estado del platico de cartón después de devorar esos manjares, en el que no hay ni rastro de grasa. La doña, además es un encanto. Eso sí: paciencia, porque está ella solita con su nieto y se tarda algo en atenderte, pero vale la espera y el solazo. Mientras la esperas, no te pierdas darle una mirada al cartel totalmente Vintage del Supermercado. Es lo más. Espero que ni se les ocurra renovarlo.

Wednesday, September 03, 2008

Directamente desde el panteón de mis dioses

A estas alturas de la vida hay ciertas cosas que uno no tiene por qué justificar. Una de ellas es la fe (es más que amor, frenesí) por Brian Eno y David Byrne. Esa fe se vio alborotada cuando tuve contacto con su nuevo trabajo discográfico (por llamarlo de algún modo, aunque es mucho más que eso).Me pareció irresistible hacerme eco de lo que estos dos señores acban de inventar (y vaya que ellos lo han inventado casi todo).

Everything That Happens Will Happen Today salió a la luz pública sin la ayuda de ningún sello. Una casa de software californiana  (qué raro) les provee a estas dos deidades de la música pop la tecnología necesaria para colgar su disco de una página web. En www.everythingthathappens.com puede comprarse el disco completo para descargar en la computadora por apenas 8,99 dólares americanos. Si el cliente desea obtener el disco en físico, podrá hacerlo pagando 11,99 dólares y si realmente ama a este par, puede optar por la edición de lujo, de 69,99 dólares, que incluye videos y cuatro canciones más, entre otros beneficios.

Pero hay otra forma de escucharlo. Aquí. Sí, aquí mesmo. No es que yo me haya vuelto amiga de Eno y Byrne (claro que me encantaría, como se imaginarán, pero esas cosas no le pasan a la gente normal), sino que ellos decidieron que una bonita manera de poner su disco a circular entre su audiencia era que todo aquél que tuviera un blog o una página web pudiera colgarlo allí, para que quede pa los panas del ciberespacio. ¿No les digo?… estos dos están definitivamente en mi panteón personal.  




Un mundo maravilloso


Ayer le presté a mi amigo Fedosy mi ejemplar de Mundo Maravilloso, una novela de Javier Calvo que me parece importante recomendar. Calvo, un tipo de nuestra generación (que en España llaman Nocilla, por Nocilla Dream, otro libro que tienen que leer, por favor) con intereses comunes con los nuestros, ha escrito una novela que es un regodeo en el detalle y la referencia para fajado.
Y hay de todo: clubes de stripper, mafiosos, novelas de Stephen King que Stephen King no ha escrito, niñas con delirios paranoides, actrices porno que quieren hacer una familia, trajes de Lino Rossi. Todo en una atmósfera de comic que me resultó irresistible. Hay que leerla. Es de Literatura Mondadori y tiene una linda cubierta. Mosca que hay una película que se llama Un Mundo Maravilloso, pero no tiene nada que ver con esta historia.

Pa’ que te pique la cara

Tenía un chiste privado con mis amigos Aaron y Caty que consistía en evaluar un dulce por su capacidad de hacer que te picara la cara. Si el postre contenía demasiada azúcar y era capaz de hacerte sentir el rostro caliente o que incluso te llegara a picar, significaba que éste era apto para nuestro consumo. Con base en ese criterio, nos recomendábamos cosas que había que ir a probar por ahí.

Va para ellos (aunque ya no vivan en Caracas) y para todos mis lectores esta recomendación, que hará enrojecer peligrosamente sus mejillas: la cassattina de Delicateses Roma.

Se trata de una especie de pastelito blanco y redondo con una cerecita en el medio. Sí, parece exactamente eso que están pensando: una teta. La cosa es que cuando se muerde, contiene una capa de crema de pistachos y, bajo ésta, el mismo relleno tradicional de los canolli sicilianos: ricotta con pedacitos de chocolate y frutillas.

Tengo que decirles que una persona normal no puede comerse una entera (ni siquiera yo aguanté ese índice de picazón de cara), así que si se deciden, compártanla con otro. Ahora, la experiencia vale la pena. Si las nubes se pudieran comer serían como esto.

Delicateses Roma está en Las Acacias, entre las avenidas Gran Colombia y Cataluña, Edificio Nerone, planta baja.


Ceci nes’t pas una reseña del concierto de Kevin Johansen

Llegó con su trabuco, los The Nada, y sonó como si estuviera convencido de que la gente puede comer de sus letras y de su entusiasmo en escena. En efecto, los que estuvimos en esa sala, salimos satisfechos y con ganas de ir “a por un” pousse café.
Conocí la música de Kevin Johansen gracias a la fiebre de Daniel Centeno. “Tienes que escuchar esto”, me dijo. Y me contagié por completo con sus letras cargadas de un humor inteligente que uno quisiera ver más a menudo y sus melodías que recorren el mapa musical de muchas de las cosas que uno conoce. Me impresionó siempre como este tipo es capaz de tocar de todo y hacerlo bien, pero además con firma propia. Su música es tan suya que cuando uno la escucha experimenta esa familiaridad absurda que te crea la ilusión de que ese carajo no es un artista, sino un tipo que podría ser tu pana. Y a esta edad no soy nada groupie, que conste.
El concierto de Johansen estuvo rico por varias razones: la sala de Corp Group, más allá de su extraña distribución que hace que uno vea sólo un lado del que canta o actúa (espero que nunca se les ocurra presentar allí al Barón Ashler de Mazinger Z), resultó acogedora para la ocasión: un concierto para gente grande. A los que estaban en la sala de la derecha, les cuento que Johansen tiene tatuada, en su antebrazo izquierdo, la famosa pipa que “no es una pipa” de Magritte.
El repertorio fue generoso con quienes hemos escuchado buena parte de su trabajo pero no lo conocíamos todo, Johansen se entrega con facilidad a la audiencia y los The Nada, que eran 5, suenan como si fueran mil. Para completar, proyectaron en la pantalla unas animaciones hechas a partir de dibujos de mi idolatrado Liniers. Cuando las vi, salté del asiento y no pude evitar conmoverme como hacía tiempo no me pasaba. Fue una belleza.
Lo único que lamenté fueron las luces que emitían un rayo verde dirigido directamente a las retinas de la audiencia (me sentía como si me estuvieran sacando fotocopias) y el hecho de haber quedado delante de un grupo de fanáticas que se sabían todas las canciones y no querían que el resto de la audiencia nos fuéramos de allí sin darnos cuenta (lo cantaron todo. Todo. ¡Todo!!).
De cualquier manera, si no han oído a Kevin Johansen, es una tarea que les dejo para la casa. Créanme que no se van a arrepentir. Y gracias a Daniel por las enseñanzas recibidas.


Wednesday, July 16, 2008

Back to the lavativa...

Mea culpa y todo lo demás…

Me costó volver. Primero me atacó el “efecto blogger”, que te hace darte cuenta de lo pelúo que es mantener un blog activo. Después, me pasaron unas cuántas cosas que no me dejaban escribir. Pero ahora creo que puedo hacerlo mejor. Sólo quiero darles las gracias a todos los que me regañaron para hacer que volviera. Un beso grande y nos vemos por aquí…

Háblame de ti…

Para todos los que quieran comentar, sugerir o ir más allá del blog (¡sin pasarse, ah!), abrí este correo: lavativario@gmail.com Los espero por aquí.

¿Banksy al descubierto?


No podía re-arrancar mi querido blog sin hablar de mi querido artista callejero, aunque confieso que la fascinación que ha despertado en personajes de la farándula como los Jolie-Pitt me mantuvo un poco alejada de él y sus peripecias últimamente.

Pero ahora resulta que un periódico llamado The Mail On Sunday dice haber descubierto quién es Banksy. Y la cosa es un poco decepcionante. Se supone que el grafittero más buscado del mundo es un muchacho de 34 años llamado Robin Gunningham, educado en un colegio privado británico y que paga los recibos de la luz a tiempo.

Claro, la tesis del diario se sustenta en el testimonio de unos compañeros de colegio y una supuesta foto en la que Banksy aparece haciendo un grafitti en Jamaica. Lo que no es 100% confiable, pero nunca se sabe.

Lo cierto es que, mientras nadie lo conozca, Banksy seguirá siendo una figura mítica del arte contemporáneo. Ojalá que el mito del artista alborotador no se caiga al develarse una identidad más aburrida que Clark Kent. ¡Banksy, no te dejes!

Mis zapatos favoritos


No voy a nombrar al señor Manolo Blahnik, porque nunca he tenido un par de esos bichos. No hasta ahora, claro. A lo mejor la gente de RRPP de la marca lee este blog y se conmueven. Si es así, sepan que calzo 38 y que prefiero las sandalias, gracias. Y sí, soy frívola y no me acompleja.

Hay que ser mujer para saber lo que se siente comprarse un par de zapatos que a) te encantan, b) son comodonnasummer, c) te quedan bien con todo, d) todo el mundo te bucea y e) te costaron baratísimos. Si uno logra conjugar todo eso en un par de zapatos, cosa que sucede cada muchísimo tiempo, se puede considerar realizada por un ratico.
Eso me pasó cuando, en mis adoradas caminatas por Chacao viejo, encontré estas cholitas. Son la versión pobre de las Melissas (que llegaron a Venezuela como 20 años después y carísimas, qué horror). Cuestan 20 bolívares fuertes o 20 mil débiles y se consiguen en las quincallitas. La doña que me vendió las mías (en la calle José Félix Ribas), me dijo que eran buenísimas para pasar coleto y me interrogó sobre cómo preparar unas lentejitas anaranjadas que yo acababa de comprar (que también abundan en Chacao y son lo máximo, ya les contaré). Lo que la señora no sospecha es que me las pongo hasta para ir a trabajar y que mis amigas más sifrinas han delirado ante su encanto. El Nirvana zapatil, pues.

Anillo de compromiso


En algún momento caí en cuenta. Esa escenita que tanto me hizo soñar cuando era una adolescente, en la que el tipo le sirve a la jeva una copa de champaña en un restaurant bellísimo y saca una cajita chiquita, la abre y le muestra un anillo con tremendo diamante, mientras le propone que se case con él, yo no la voy a protagonizar.

No es que no tenga el novio, y tal. Lo que pasa es que ni la escena, ni el anillo son una cosas como de nuestro estilo. Ustedes entienden: nos las damos de (pos)modernos.

Pero el otro día vi este anillito en Zoco y no me pude resistir. Entonces decidí comprometerme conmigo misma y encasquetármelo en el anular, de donde no ha salido desde entonces porque combina con todo y es sencillamente perfecto. Se llama "Diamond Ring" y viene por tallas. 

Hasta mi amigo el librero de Centro Plaza, que es más serio que el futuro del planeta con el calentamiento global, lo vio y me dijo: ¡qué vaina más buena! 

De compras con Angelika



La Taschen ahora sí que se pasó. Ustedes saben que yo soy una fan absoluta de sus libros, pero es que esto es tumoch.
Es una nueva colección de guías de viaje, muy al estilo de los Icons de Tashen, escritas y recopiladas por la propia Angelika Taschen. Tiendas, hoteles, restaurantes “y más…” (frase de remate que le queda mal a todo el mundo menos a esta gente), en los que ella misma ha comprado, se ha hospedado o se ha comido algo rico. Sucuchos de las ciudades más maravillosas del planeta. Algunos son caros y glamorosos, otros, simplemente irresistibles.
Los libros, además, son una joya. Con una carátula ilustrada muy al estilo The New Yorker, con protector plástico para que no se te dañen cuando los lleves a pasear e impresos en una hermosa cartulina satinada. Impelables. Algunos títulos se consiguen en las Tecni Ciencias.

Tuesday, May 29, 2007

la tentación del tecleo...

En medio de todo esto y a varios meses de mi última actualización, sólo quiero dejar un par de líneas como nota sobre lo que está pasando. Perdonen si es mucho para estos días, pero es que es inevitable.
Lo que pasa no es que cerraron un canal malo, que muchos de nosotros hacía años que no veíamos y que difundía unos contenidos ciertamente discutibles. Lo que pasa es que nos cerraron un medio de comunicación.
No es que se acabó la concesión y que el Estado es el que opera el espectro radioeléctrico, no. Es que nos cerraron un medio de comunicación.
No es que el canal (éste o cualquier otro) es golpista o es simplemente opuesto a un gobierno democráticamente electo. Es que nos cerraron un medio de comunicación.
Esta tarde una amiga joven que estudia en la universidad me decía que tenía miedo de salir a protestar, que estaba asustada, que qué iba a pasar. ¿Qué va a pasar? Nada. Nada va a pasar. Y sin embargo algo ha pasado ya.
Los jóvenes, los estudiantes, muchos de ellos solos y porque han querido, unos porque les quitaron la novela de las nueve, otros porque sintieron que su carrera sólo tiene sentido en un país con medios de comunicación variopintos y de todas las tendencias, algunos acompañados de sus papás, otros por los amigos, salieron a la calle.
Los jóvenes que no suelen salir si no es a tomar birras los viernes por la noche. No todos, claro. Pero algunos de ellos y eso ya es importante. Los mismos jóvenes que en otros países y en otras épocas han hecho cosas, han cambiado el mundo.
Eso es lo que pasa.
En estos días he escuchado de todo. Que va a pasar algo, que alguien está planeando una cosa, que ahora sí, que en los cuarteles están arrechos, que va a haber un paro nacional, que no se quién viene (Cristo viene y viene arrecho)... Esta tarde escuché a un señor que hace un rato se decía líder de la oposición, estuvo preso y se fugó disfrazado a lo "Cristina, mi marido me pega" (con una peluca y unos lentes oscuros), diciéndole al "señor Chávez que le había llegado su hora". Escuché también a un alcalde de la ciudad quejándose de las protestas de los niños ricos. Como si él, que también estudió en una universidad, nunca hubiera salido a protestar en sus tiempos.
Dejar correr y hacerle caso a este tipo de bolas, rumores y "declaraciones" es restarle a estos días el verdadero impacto, el verdadero valor que tienen.
Aquí han pasado dos cosas y es en esas dos cosas en las que hay que pensar. Aquí nos cerraron un medio de comunicación y ya no vale esa defensa de "en Venezuela hay libertinaje de expresión. Fíjense que aquí dicen lo que les da la gana y no hay ningún medio cerrado".
Y aquí salieron los jóvenes a la calle.
Y digan lo que nos digan, todos los que podemos pensar sabemos lo importante que son esas dos cosas que han pasado. No perdamos eso de vista.

Muchas gracias por leer

Tuesday, February 13, 2007

Más memorias del Hay (II)

Vuelvo con más del Hay Festival (y perdonen por favor lo lento que voy con esto, pero tengo encima un cerro de trabajo que no se imaginan).

La ciudad narrada

Los colombianos Jaime Manrique Ardila y Mario Mendoza, el cubano Pedro Juan Gutiérrez y el irlandés Robert McLiam Wilson sostuvieron una sabrosa conversa sobre la forma en la que cada uno de ellos entiende la ciudad sobre la que escribe, cómo sus entornos urbanos los influencian a la hora de teclear.
Comparto con ustedes algunas cosas interesantes que dijeron:

McLiam Wilson: Creo que siendo Belfast una ciudad de provincia la sangre de la gente corre a ritmos distintos que en Dublín. Para los habitantes de una ciudad de provincia la vida comienza sólo cuando se sale de allí, cuando se va a la ciudad grande, a las capitales. Yo me considero un fanático de la ciudad de provincia.
La novela moderna y la ciudad moderna nacieron prácticamente al mismo tiempo. Toda ciudad necesita una novela que la resuma, que la narre.
Las ciudades son lugares mágicos, porque muchísima gente ha vivido en ellas y las huellas de toda esa gente que vive allí y la que ha pasado, la que ya no está, crean una atmósfera fascinante.
Cuando ves a la gente caminando por las calles de las ciudades no puedes evitar preguntarte “¿Cómo son sus vidas?”. Esto es algo que pasa cientos de veces en un día en una ciudad. De verdad, me fascina.
Gutiérrez: La literatura nace del asombro, del antagonismo, del conflicto. Mis libros se desarrollan en Centro Habana porque ese es el lugar que me produce esa sensación. Una ciudad conflictiva se apodera de ti, irremediablemente. La Habana son muchas ciudades, pero Centro Habana es la mía. Me tiene atrapado desde hace 19 años y mis libros no serían ni remotamente parecidos a los que son si los hiciera en otra parte.
Manrique: Cuando empecé a escribir, en rechazo a toda esa escritura colombiana de los años 50, quería hablar de la ciudad. He escrito sobre todas las ciudades en las que he vivido.
Mendoza: Las grandes ciudades están siendo invadidas por una violencia psíquica abrumadora. Me interesa por ejemplo el mundo de esos viejitos que viven aislados dentro de una ciudad muy poblada, que no tienen a nadie con quien hablar aun cuando viven entre tanta gente. Hay una catástrofe moral que nos está consumiendo.

Recordando a Bolaño
Jorge Volpi y Santiago Gamboa se sientan en una mesa y comienzan a hablar de Roberto Bolaño, su amigo, su escritor querido. Los recuerdos, documentados o anecdóticos, se apoderan del salón. Aquí, algunas líneas pronunciadas por ambos y tomadas del aire y un chiste contado en un taxi.

Bolaño en el manifiesto: Volpi reconoce su estilo en algunas líneas del Manifiesto de los Infrarealistas (el movimiento que fundó Bolaño junto con Mario Santiago Papaquiaro, Cuauhtémoc Méndez, Bruno Montané, Juan Esteban Harrington, Oscar Altamirano, José Peguero, Guadalupe Ochoa, Edgar Altamirano, Pedro Damián Bautista, Élmer Santana, Ramón Méndez en México, en 1976). Volpi lo recuerda en “Que la amnesia nunca nos bese en la boca. Que nunca nos bese”, “Un pobre vaquero solitario que regresa a su casa, que es la maravilla”.
Llamada telefónica: “La verdadera obra maestra, por definición, debe pasar inadvertida”. Se lo dijo Bolaño a Gamboa por teléfono, con la promesa (incumplida porque se fue para siempre) de explicarle después a qué se refería.
El mejor libro: Estrella distante (coinciden en esto los dos escritores).
El último escritor latinoamericano: Así lo define Volpi. Según el escritor mexicano, “con Bolaño termina esa idea de la literatura latinoamericana heredada del Boom. En Los detectives salvajes lleva esta tesis a sus últimas consecuencias. El sistema de producción optimista de la novela del Boom, degenera en el pesimismo de Bolaño”.
México: Dijo alguna vez: “No vuelvo porque allá está mi inspiración y me da miedo que se me marchite”.
Bogotá: Lo invitaron a la feria del libro de Bogotá de 2004 y respondió: “Voy si alcanzo a cambiar de hígado”. Tristemente no fue así y se fue en julio de 2003.
El chiste: Lo cuenta Jorge Volpi en un taxi, advirtiendo que es muy malo, pero que a Bolaño le encantaba y le hacía un montón de versiones.
“Entra muchacho muy atractivo en una discoteca. Mira a una chica muy atractiva, se le acerca y le dice: ‘¿Cómo te llamas?’. Ella responde: ‘María’. El dice: ‘Oye, María ¿Quieres acostarte conmigo?’, a lo que María responde: ‘Pensé que nunca me lo preguntarías”.

Salsa culturosa
Un lugar indispensable para rumbear en Cartagena es Quiebra Canto. Queda en Boca Grande, fuera de la Ciudad Amurallada, pero muy cerca de una de sus entradas, al lado del Centro de Convenciones, abre toda la noche y tiene como especialidad la salsa (no la de tomate, la brava). Carteles de viejas películas y fotos de todos los salseros famosos vigilan desde las paredes que nadie salga de allí sin haber sudado a litros y bailado hasta la saciedad. Es un pecado no ir.

Para la próxima:
Una conversación inolvidable entre Alma Guillermoprieto y Pedro Juan Gutiérrez, un lugar donde la langosta es rica y barata y cómo la tradición musical de un pueblo se vuelve Champeta. No tardo tanto, les prometo.

Tuesday, January 30, 2007

Memorias del Hay Festival (I)

Lo prometido es deuda. Si no me conecté desde allá fue porque estuve metida de cabeza en aquella maravilla. Pero ya de regreso les doy el detalle de lo que vi, oí, comí, bailé y gocé en esa bella y rara ciudad que es Cartagena de Indias, entre el 25 y el 28 de este enrarecido enero en El Woodstock de la mente, como lo bautizó Bill Clinton.

Relato de un Gol
El cuento es más o menos así. Cuando Jorge Valdano anotó un gol definitivo en el encuentro final del Mundial México 86, ante Alemania y que coronó a la albiceleste como ganadora de la copa, todos sus compañeros de equipo lloraron como niños. Todos menos él. En medio de su estupefacción, no pudo comprender el triunfo.
Pasaron tres años cuando una mañana Valdano corría por un parque cercano a su casa. Se llevó un walkman y un casette que le había mandado un amigo, de esos que reúnen saludos y recortes de cosas que a uno le gustan, que solían mandarse a los amigos que estaban lejos antes de Internet. Fue ese casette el que operó el milagro.
El amigo de Valdano grabó la narración que hiciera de aquél histórico encuentro final de México 86 el comentarista favorito del deportista, el mismo al que oía de niño y con el que seguramente soñó más de una vez. Cuando Valdano escuchó aquella voz narrando su gol, entendió todo. Y entonces, en medio del parque, a tres años del triunfo, Valdano lloró como un niño.
“Sólo las palabras pudieron darme la dimensión completa de lo que había hecho. Sólo entonces entendí lo que había sido para mí aquél gol”.
Jorge Valdano es un tipo brillante. En su época como jugador perteneció a la selección que ganó el mundial de Fútbol México 86, además de ganar tres ligas y dos copas de la UEFA, con el Real Madrid, equipo del que fue Director General Deportivo. Ha sido comentarista y entrenador de fútbol y ha escrito tanto sobre el reino de la pelota blanco y negro que lo llaman “el filósofo”.
En un encuentro sobre Literatura y fútbol, con el escritor Daniel Samper Pizano y con el editor cultural de El País de España, Santiago Segurola, en la que dio rienda suelta a todo ese saber que reúne en su cabeza sobre el deporte.
Valdano dice que el fútbol nunca ha sido apreciado en su valor real, porque inspira la desconfianza de las elites, mientras las izquierdas lo ven como otro opio de los pueblos. Para él, en cambio, el fútbol “es la más importante de las cosas no importantes. En Argentina es una compensación casi única de la unidad nacional que no hemos tenido en otros ámbitos. Por eso Maradona es la metáfora de Argentina por excelencia”.

Frases, regalos:
“Así como aquél cuadro de René Magritte decía ‘Esto no es una pipa’, en los periódicos habría que poner ‘Esto no es la realidad’. Si me preguntan la diferencia entre periodismo y literatura tengo que decir que ambas disciplinas se nutren del lenguaje, que es una representación de la realidad. Y en ese caso, son parte de lo mismo”. Esta frase es de Juan José Millás, dicha en una conferencia (otra más) sobre Periodismo y Literatura, de esas que intentan buscar la quinta pata inexistente de la cosa.
Millás dice también: “Una persona puede hacerse una idea muy clara de la realidad a través de un periódico sin leer ni una sola noticia. Si se leen los obituarios, los avisos clasificados, las cartas de los lectores, allí está también una realidad que es innegable”.
“El reportaje es un cuento que es verdad”. Esta la dijo Jaime Abello Banfi, director de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, en la misma conferencia.

No sólo de literatura vive el hombre
Evidentemente, no podía sobrevivir cuatro días en Cartagena sin comida (y comida de la buena). Para que no se me fastidien los lectores con tanta letra, les voy a ir dejando las recomendaciones, a lo Hanzel y Gretel, en pequeñas migajitas, con cada una de estas entregas, y así lo ven más como pasó: un día, una comida rica.

Café del Santísimo
En Cartagena la cosa sacra tiene una presencia inquietante y estremecedora. Varios restaurantes han tomado el tema y lo explotan en menús variados y ambientes decorados con figuras de santos que, aunque tienen cara de torturadas, le dan un efecto interesante a la experiencia.
Este café está en una hermosa casa con patio interno y un piso de mosaicos que ya vale la pena ver, así uno entre sólo por una cerveza. La comida es elaborada y pretenciosa, pero tiene sus méritos. Los nombres de los platos siguen el juego de lo sacro (los postres, muy oportunamente fueron bautizados igual que los pecados capitales) y tienen varias ofertas de menús nada caros y bastante ricos.
Pero mi favorito, entre lo que probé, fue una entrada. Se llaman Carimañolas y son la quintaesencia de la fritanga maravillosa. Unos pequeños buñuelos de yuca, salados, rellenos con un guiso de carne molida y acompañados con suero de leche. De morirse.
Extrañé un poquito de picante para echarles dentro y un cilantrico picado encima del suero.
El café queda en: San Diego, Calle del Santísimo, No. 8-19, dentro de la ciudad amurallada.