Tenía un chiste privado con mis amigos Aaron y Caty que consistía en evaluar un dulce por su capacidad de hacer que te picara la cara. Si el postre contenía demasiada azúcar y era capaz de hacerte sentir el rostro caliente o que incluso te llegara a picar, significaba que éste era apto para nuestro consumo. Con base en ese criterio, nos recomendábamos cosas que había que ir a probar por ahí.
Va para ellos (aunque ya no vivan en Caracas) y para todos mis lectores esta recomendación, que hará enrojecer peligrosamente sus mejillas: la cassattina de Delicateses Roma.
Se trata de una especie de pastelito blanco y redondo con una cerecita en el medio. Sí, parece exactamente eso que están pensando: una teta. La cosa es que cuando se muerde, contiene una capa de crema de pistachos y, bajo ésta, el mismo relleno tradicional de los canolli sicilianos: ricotta con pedacitos de chocolate y frutillas.
Tengo que decirles que una persona normal no puede comerse una entera (ni siquiera yo aguanté ese índice de picazón de cara), así que si se deciden, compártanla con otro. Ahora, la experiencia vale la pena. Si las nubes se pudieran comer serían como esto.
Delicateses Roma está en Las Acacias, entre las avenidas Gran Colombia y Cataluña, Edificio Nerone, planta baja.
1 Comments:
At 11:28 PM,
yeisi said…
http://www.nytimes.com/2008/05/28/dining/28flavor.html
Eso lo deberia probar todo el mundo, y punto!
Post a Comment
<< Home