lavativario

Escaparate de curiosidades. Una suerte de guía de lugares, comidas, libros, discos, bebidas y otros un poco fuera de los estándares más usuales y hecha desde una óptica muy personal. Esas cosas que sólo le recomiendas a tus amigos más cercanos.

Tuesday, October 14, 2008

Los riñones (engastados en diamantes) de Hirst


Primero que nada hago mea culpa: me gusta el trabajo de Damien Hirst. Me gustan su tiburón metido en resina, los cadáveres humanos en pose de modelo de Vogue y la calavera de diamantes. Me gusta que ponga a la gente a ir a un museo a ver a la muerte detenida, suspendida en el aire.
Ahora bien: no sé si estoy entendiendo su más reciente chiste. El tipo mandó a unos amigotes suyos a pujar por una de sus obras en una subasta y elevaron el precio considerablemente. Probablemente esto forme parte de la obra de Hirst. Se estará burlando de quienes, de la noche a la mañana, son expertos en arte y pujan cientos de miles de dólares en una subasta para quedarse con alguna chuchería de la que no saben mucho más excepto cuánto pagaron por ella (y es tras lo que realmente han ido). Eso es lo que yo creo. Y, ya saben, los chistes contra el establishment normalmente dan risa, sobre todo a los pelabolas que no participamos de las subastas.
Creo que esta vez se le fue un poco la mano al señor Hirst. No veo cómo los señores víctimas de su chistecito van a seguir comprando sus obras. Y bueno, cuando el humor mata a la gallina de los huevos de oro… Que nos explique el chiste, por favor.

2 Comments:

  • At 2:15 PM, Anonymous Anonymous said…

    yo quiero esta pieza en la sala recibo de mi casa :) encima d ela telefonera...

     
  • At 6:11 PM, Blogger Enrique Enriquez said…

    Hola Cinthya,

    A mi también me gusta el trabajo de Damien Hirst. Me gusta en especial la calavera de diamantes, por miles de razones. Pero el tema de su última “hazaña” tiene que ver con que hoy en día la historia más atractiva, la historia más emocionante, más cautivadora y mesmerizante que se puede contar sobre alguien es “cuánto dinero hizo”. Esa es la historia que le arranca suspiros a las damas y lágrimas a los caballeros. Él éxito hoy en día se mide por ser capaz de arroparse uno con esa historia, que de momento se come a la muerte y al más grande de los tiburones.

    Saludos,

    EE

     

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